Sunday, July 23, 2006

La Amistad...

Hubo una vez dos mejores amigas. Ellas eran inseparables, eran una sola alma. Por alguna razón sus caminos tomaron dos rumbos distintos y se separaron.
Yo nunca volví a saber de mi amiga hasta el día de ayer, después de 10 años, que caminando por la calle me encontré a su madre. La saludé y le pregunté por mi amiga. En ese momento sus ojos se llenaron de lágrimas y me miró a los ojos diciendo: murió ayer.... No supe qué decir, ella me seguía mirando y pregunté cómo había muerto.
Ella me invitó a su casa, al llegar allí me ofreció sentarme en la sala vieja donde pasé gran parte de mi vida, siempre jugábamos ahí mi amiga y yo. Me senté y ella comenzó a contarme la triste historia. Hace 2 años le diagnosticaron una rara enfermedad, y su cura era recibir cada mes una transfusión de sangre durante 3 meses, pero ¿recuerdas que su sangre era muy rara? -sí, lo sé, igual que la tuya....
Estuvimos buscando donantes y al fin encontramos a un señor vagabundo.
Tu amiga, como te acordarás, era muy testaruda, no quiso recibir la sangre del vagabundo. Ella decía que de la única persona que recibiría sangre sería de ti, pero no quiso que te buscáramos, ella decía todas las noches: “-no la busquen, estoy segura que mañana sí vendrá....”
Así pasaron los meses, y todas las noches se sentaba en esa misma silla donde estás tú sentada y rezaba para que te acordaras de ella y vinieras a la mañana siguiente. Así acabó su vida y en la última noche de su vida, estaba muy mal, y sonriendo me dijo: madre mía, yo sé que pronto mi amiga vendrá, pregúntale por qué tardó tanto y dale esa nota que está en mi cajón.
La señora se levantó, regresó y me entregó la nota que decía: “Amiga mía, sabía que vendrías, tardaste un poco pero no importa, lo importante es que viniste. Ahora te estoy esperando en otro sitio espero que tardes en llegar, pero mientras tanto quiero decirte que todas las noches rezaré por ti y desde el cielo te estaré cuidando mi querida... ¡Ah, por cierto, ¿te acuerdas por qué nos distanciamos? sí, fué porque no te quise prestar mi muñeca nueva, ja ja, qué tiempos.... éramos insoportables, bueno pues quiero decirte que te la regalo y espero que te guste mucho.
Te quiere mucho: tu amiga por siempre”.

“No dejes que tu orgullo pueda más que tú corazón... La amistad es como el mar, se ve el principio pero no el final”.

1 comment:

Liliana Carvalho Lopes said...

No tengo palavras para ese texto...
Simplemente te puedo decir que, a pesar de triste, es una história bellisima.

Pero eso nunca nos va a pasar vale?

Besos!